
¿Alguna vez te lo has preguntado?
Esta pregunta siempre me ha rondado la cabeza.
Desde hace mucho tiempo. Y su contestación ha pasado por varias fases.
No soy de quejarme. Y aunque quisiera.... Es que no puedo.
Nunca me han ido mal las cosas en mi vida, he tenido oportunidades de trabajar desde muy joven y siempre me ha ido bien en los sitios en los que he trabajado. Quiero pensar que en todos o casi todos los sitios en los que he tenido la oportunidad de trabajar he dejado buen recuerdo. Aunque eso no me corresponda a mi decirlo. Pero soy feliz pensando que si 🙂
Lo que si es seguro es que todos ellos me han servido para aprender y abrirme paso profesionalmente.
Como puedes ver, no hablo de suerte, porque no creo en la suerte. Al menos no en la suerte como algo que te cae encima un día sentado en el sofa de tu casa mientras te bebes una cerveza.
Creo en la suerte como estar preparado para el momento en el que te llegue la oportunidad de demostrarlo.
Más que suerte, creo en algo así como: medir sabiamente entre la oportunidad y el riesgo.

El arte de saber medir
Y dirás... pues vaya definición que te has sacado de la manga colega.... Pues sí 🙂 pero de veras que creo en ella!
Y ahora me vengo arriba y te invito a que lo tuitees:
La suerte es medir sabiamente entre la oportunidad y el riesgo
Digamos que llegado el momento hay que medir cuánto estas dispuesto a arriesgar para aprovechar una oportunidad. De lo bien que midas ambos conceptos dependerá el resultado de tu elección.
Lo creas o no, todos tenemos oportunidades, unos están preparados cuando llegan, y otros no. Los del segundo grupo suelen llamarlo suerte. ¿Casualidad? No.

LA SUERTE ES UNA ACTITUD
Mi caracter proactivo y mis constantes ganas de evolucionar en todo siempre me han hecho buscar oportunidades. Y como dicen "el que la sigue... la consigue".
En mi carrera profesional he tenido oportunidades. Oportunidades que he buscado, y me he esforzado en estar preparado para cuando llegaran. También podía haberme refugiado en mi empleo, y quedarme en lugar seguro. Opción respetable, pero no la mía.
Cuando mis oportunidades llegaron, medí y decidí correr riesgos en busca de nuevos retos.
Casi siempre he acertado y siempre he crecido de una forma u otra. Y como resultado he conseguido, entre otras cosas, una muy importante: PERDER EL MIEDO AL CAMBIO.
El miedo nos atenaza, nos corta las alas, nos ata al suelo y lo peor.... nos hace renunciar a sueños.

Pierde el miedo al cambio
Como te decía, no me puedo quejar en mi vida profesional, siempre me ha ido bien y siempre que he cambiado ha sido para mejorar en todo. Como reflexión personal, quizás cuando más aprendí, fue cuando cambié de empresa bajando mi categoría. Era "manager" en una empresa y decidí cambiar a otra siendo "operador".
Quizás algo impensable para muchos... pero hay veces en la vida que hay que nadar contra corriente. Además, si quieres algo diferente, tienes que hacer cosas diferentes. También influye el hecho de que para mi los títulos de las tarjetas de visita nunca han sido tan importantes. Sabía que iba a aprender mucho con ése cambio, y en ése momento era una buena opción para mi. Entonces pensé... ¿por qué no?.
Mi oportunidad de volver a subir llegaría más tarde.
Y llegó. Cuando estaba realmente preparado para ello.
Mi vida profesional funcionaba, iba viento en popa y a toda vela. Pero.....
¿VIVÍA COMO PENSABA? o ¿PENSABA COMO VIVÍA?
Había algo que no terminaba de funcionar... y ése algo es la respuesta a ésta pregunta.
Estaba pensando como vivía.
Mi pasión es viajar, conocer el mundo, vivir el mundo, vivir por el mundo... Es una llama que arde dentro de mí. Y que la he ido manteniendo a raya con viajes durante mis vacaciones, últimamente incluso con viajes de trabajo. Pero todo eso solo ha servido para controlarla temporalmente, al final pierdo el control de la llama y me quemo.
No importa cuanto de bueno sea el trabajo, cuanto dinero gane, cuanta estabilidad tenga, nada importa... Mi felicidad pasa por satisfacer a mi deseo interior, irremediablemente. Cueste lo que cueste.
Definitivamente PENSABA COMO VIVÍA.
Antes de llegar a convencerme de ello, llegó sin avisar este periodo forzado de "stand by" en mi vida llamado enfermedad.
Periodo que me mantiene aislado de lo que hasta ahora había sido mi "vida normal" y por decirlo gráficamente: me tiene metido en una burbuja.

Encerrado en mi burbuja
Una burbuja en la que estamos mi familia, mis medicos, mis tratamientos y yo.
Periodo de reflexión en el que te das cuenta de lo insignificante que eres, cambias tu perspectiva sobre ciertos puntos de tu vida y reafirmas otros como:
SOLO TIENES UNA VIDA CHAVAL, ¡¡ESPABILA!!
Durante la primera fase de este periodo de enfermedad te das cuenta de que tienes que empezar a VIVIR COMO PIENSAS, antes de que sea demasiado tarde. Te autoconvences, haces planes, los identificas, los visualizas, y son una ayuda BRUTAL para ayudar a superar todo esto.
Tienes clarísimo que a partir de ahora vas a vivir como piensas, se acabó el pensar como vives. Pero realmente, todos estos cambios están programados para cuando toda este periodo de "stand by" termine y pueda retomar mi vida. No son cambios que puedas hacer YA.
Es como si tu mente fuera por un lado y tu físico por otro.
Aunque mentalmente el cambio ya ha empezado, los resultados no los ves en tu día a día.
Este tratamiento es largo, te desgasta físicamente, pero sobretodo... puede llegar a ser mentalmente agotador.
El poder está en la mente. Nos alimentamos de pensamientos. Los pensamientos se generan en la mente. Mantengo mi mente fría la mayor parte del tiempo. Pero a mayor tiempo, mayor probabilidades de que pensamientos negativos se intente colar en tu cabeza. No lo digo yo, lo dicen las matemáticas. ¿Quién soy yo para luchar contra las matemáticas?
Es como poner tu paciencia a prueba constantemente. Día tras día.
He construido una fortaleza en mi mente en la que solo dejo entrar pensamientos positivos y me funciona de maravilla. Pero eso no significa que diariamente haya un par pensamientos innecesarios que se intenten colar sin éxito. Pero lo intentan.
Esos pensamientos innecesarios son repelidos inmediatamente, pero te ayudan a ver que eres humano. Aunque la fortaleza está bien protegida y los mantengo donde deben estar: FUERA.
Dentro de la fortaleza solo hay espacio para pensar que mientras escribo queda un día menos para recuperarme 100 %.
El estar mentalmente preparado para VIVIR COMO PIENSO pero físicamente seguir PENSANDO COMO VIVO es lo que me ha hecho desaparecer un tiempo por el blog. Me falta inspiración. El cambio está en mi mente, pero necesito verlo. Ponerlo en funcionamiento.
Necesito aire fresco, motivación, inspiración... necesito moverme. Necesito ir a la playa. Necesito tumbarme y tomar el sol. Necesito desaparecer un tiempo. Moverme de un sitio a otro. Necesito conocer nuevos lugares. Necesito vivir experiencias. NECESITO VIAJAR.
Todo lo demás, viene solo.
¿Y tú?
¿Vives como piensas? o ¿ Piensas como vives?
Deja un comentario